Brexit Mexicano a la vista

Publicado por Comunicación Coparmex Metropolitano | 20 Abril, 2020 |
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Brexit Mexicano a la vista

Recientemente ha circulado en redes sociales la propuesta de crear una República Norteña consistente en dividir el territorio mexicano a través de un proceso que popularmente se ha calificado como ”Nortexit”.

El vocablo “Nortexit” ha surgido en las redes sociales en alusión al Brexit. Esta propuesta alberga la tentativa de separar los Estados del Norte de México del resto de la Federación para crear la “República del Norte”. Esta nueva región comprendería desde el Estado de Guanajuato hasta las dos Baja Californias. Este tema no es nuevo, pues desde hace varios años se planteó esta posibilidad, ya que las Entidades norteñas critican la idiosincrasia y el estilo de vida de los Estados sureños. La discusión sobre este asunto ha cobrado importancia debido a la crisis sanitaria y sus efectos negativos para el país. Unos están a favor y otros en contra. En el año 2018, surgió la idea de que los Estados de Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas se desvincularan de la Federación. Sin embargo, ninguna propuesta ha tomado ni la seriedad ni la fuerza suficientes. El separatismo no es nuevo en México, ya que a lo largo de la historia se ha pretendido crear repúblicas independientes dentro del territorio mexicano.

Los Estados del Norte del país ven injustamente cómo los Estados del Sur del  mismo prácticamente viven a costa de ellos. Según ellos, México es un barco tripulado por 32 navegantes, de los cuáles 8 hacen el trabajo de remar mientras que los otros 24 no hacen gran cosa por la embarcación.

Los norteños producen casi el 70% del Producto Interno Nacional mientras que los otros 24 reciben recursos de los que producen. Estas 8 Entidades reciben de regreso por parte de la Federación sólo una cuarta parte de los recursos que envían a las arcas nacionales. Situación que encuentran injusta, ya que el resto de los Estados son los que reciben la mayoría de los fondos federales.

La actual crisis sanitaria ha revivido esta propuesta. Algunos Estados plantean su intención de desvincularse del Pacto Federal. ¿Qué es el Pacto Federal? Es una forma de gobierno adoptada por el Estado Mexicano consistente en la unión de varios Estados-miembro que gozan de cierta autonomía, pero el poder central deriva de esa unión, perfeccionado por un acuerdo (pacto) entre sus miembros. Pero, para efectos fiscales, el Pacto Federal consiste en que los Estados-miembro recaudan los impuestos federales que luego envían al Gobierno  Federal y éste los distribuye de acuerdo a las necesidades más apremiantes de las distintas regiones del país.

En la práctica, el reparto de recursos, desgraciadamente, siempre se ha prestado a que el Gobierno Federal distribuya los recursos según la situación política de cada entidad. En ese sentido, cada gobernador dispone de los fondos de manera “discrecional”. Una desvinculación del Pacto Federal significa que algunos Estados dejarían de enviar estos impuestos al Gobierno Federal, reservándose esos recursos en favor de las distintas Entidades que las generaron. Supuesto que de concretarse, causaría un grave desastre económico a nivel nacional.

Oaxaca, por ejemplo, aporta al Producto Interno Nacional el 1.6%, pero recibe más en aportaciones federales por habitante de lo que recibe cualquier ciudadano mexicano que se encuentra en la Ciudad de México, Guanajuato o Jalisco. Esto sucede por lo menos desde hace cuarenta años. Así, Oaxaca sigue ocupando los primeros lugares en rezago económico a nivel nacional. Por décadas, Oaxaca ha sido escenario de conflictos políticos. Se trata también de una de las regiones con una de las tasas de recaudación fiscal más bajas de México. Esto se justifica por ese mismo retraso económico y que su gobierno destina prácticamente el 70% de su presupuesto al gasto corriente, es decir, pago de nóminas de empleados y pensiones diversas, principalmente. Una mínima parte del presupuesto oaxaqueño se destina a infraestructura y obra pública. Contrastes que ahuyentan la inversión privada.

Cuatro miembros analizan su desvinculación del Pacto Federal: Nuevo León, Jalisco, Tamaulipas y Coahuila, que juntos representan el 22% del PIB mexicano. Los motivos que arguyen para separarse de la Federación consisten en el derroche de dinero en obras que el Gobierno Federal ha calificado como “prioritarias a nivel nacional”, tales como el Tren Maya, la construcción de la Refinería “Dos Bocas”, El Corredor Transìstmico y el Nuevo Aeropuerto de Santa Lucia. Proyectos que consideran como un derroche injustificado de dinero en vista de las prioridades de salud ya conocidas por todos los mexicanos. Razones por las que los gobernadores de estos Estados están presionando para abandonar la Federación, aunque, en realidad, es una posibilidad, pero es difícil que lo consigan. De hecho, lo comento de paso, varios Jueces de Distrito han ordenado al Gobierno Federal que suspenda la conclusión de estas obras para que los recursos económicos se destinen a los gastos de salud que necesita México.

Desde un punto de vista jurídico, la iniciativa de los Estados de Nuevo León, Jalisco, Tamaulipas y Coahuila requiere de la reforma de varios artículos medulares de nuestra Constitución, por ejemplo, el numeral 40 que regula el federalismo como forma de gobierno del Estado Mexicano, en el sentido de derogar el contenido de ese artículo en su parte conducente, es decir, eliminar el federalismo como forma de gobierno de modo que los Estados-miembro recuperarían su autonomía, cual si fuesen repúblicas autónomas dentro de un país. Hipótesis que en verdad resulta impensable para México. La otra forma de llevar a cabo este cometido consiste en una revuelta como las que vivía nuestro país a principios del siglo XX, lo cual podría considerarse imposible. La historia nos muestra que los levantamientos armados en México prosperan cuando un país apoya alguna de las partes en conflicto: armas, dinero, logística y asesoramiento e incluso recursos humanos para el caudillo de que se trate. Actualmente, no hay ni siquiera un indicio de un levantamiento armado en México, ni muchos menos que un país pretenda intervenir en nuestros asuntos internos. 

Desde un punto de vista económico, cinco de los seis Estados que más aportan al PIB nacional, se encuentran fuera del Nortexit, como los son la Ciudad y el Estado de México, Jalisco, Veracruz y Guanajuato. El único Estado norteño que permanece dentro de los primeros lugares que más aporta a la riqueza nacional, es Nuevo León. En un hipotético caso de división del país, éste nacería débil, puesto que Nuevo León tendría que soportar la carga de los otros cinco Estados.

Viable o no, esta propuesta de los Estados ubicados dentro del Nortexit, es un signo de alarma nacional de desigualdad económica y desunión entre los mexicanos.  Un país dividido y con problemas internos sin resolver, es frágil y fácil de vencer. La coexistencia de repúblicas autónomas dentro de México, no es la solución. Esa fractura nos haría débiles. La escisión nacional no fue  la pretensión de los fundadores de México. Todos ellos lucharon por conseguir un México libre, unido e independiente. Tampoco pretendieron que el gobierno y las Instituciones de México fueran una carga para la Nación. Seguramente nuestros héroes pensaron en construir un país cuyos ciudadanos compartiéramos los mismos derechos y deberes, y que todos luchásemos juntos para erradicar la pobreza y la ignorancia. Un país donde las divisiones sociales y económicas fueran cosa del pasado, donde cada ciudadano aporte lo justo para el gasto público, para convertirse en un miembro valioso de la sociedad.

Los propósitos arriba citados fueron los ideales de uno de los fundadores de México, este hombre fue, José María Morelos y Pavón. Palabras cuya esencia están escritas en sus “Sentimientos de la Nación”. En una época en la que la división impera, miremos a la historia que seguramente nos aportará buenas soluciones de cómo conducir ésta, nuestra gran Nación. Corrijamos nuestros caminos. Hagamos una historia cuyos actores sean todos los mexicanos.

POR LIC. FRANCISCO JAVIER RODRÍGUEZ  
PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ASUNTOS INTERNACIONALES.
COPARMEX METROPOLITANO.

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