El calzado ha sido un símbolo de la condición social, objeto de belleza, de moda, instrumento de trabajo y del deporte. Es un testimonio histórico del paso de las sociedades a través del tiempo.
El vocablo “huarache” proviene de la voz “huarachi” de la lengua purépecha o del tarasco y se asocia con al estilo de vida del campo; por ello han sido degradados para hacer referente de un grupo social marginado. En las urbes este tipo de calzado no se utiliza frecuentemente en su forma original, ya sea por condiciones climáticas o incluso sociales; pero simplemente debemos considerar que el huarache es una pieza genuinamente artesanal porque ha sido elaborado “por manos con alma”.
En México este calzado ha sido conocido desde la antigüedad, pues lo podemos encontrar en pinturas, murales, tableros, tínteles y pétreas monumentales que representan deidades o guerreros; además se cuenta con la descripción de los misioneros que llegaron a México con los conquistadores españoles y en los descubrimientos arqueológicos.
Los huaraches se hicieron muy populares en la década de los 60s del siglo XX gracias a los hippies. El huarache, sin embrago, se remonta al periodo precolombino. Este calzado mexicano tenía un significado social muy marcado y denotaba la posición de su usuario. Los españoles lo conocían como sandalia o zapato de indio y estaba confeccionado en ixtle o henequén y varios dobleces a manera de alpargatas.
En la época del virreinato, el artesano indígena seguía confeccionando huaraches en gran número, incluso había regiones que se popularizaron por esa actividad, ya que algunos ya vestían “a la española“. El uso del huarache ha pasado por las distintas etapas de nuestra historia hasta llegar a la actualidad, aunque modernizado con la incorporación de nuevos materiales. De hecho, su nombre alcanzó fama mundial debido a la introducción del modelo “huarache” de la firma deportiva “Nike”, aunque ha habido otras marcas que han usado este modelo mexicano.
Este cómodo y relajado calzado, apreciados por unos y menospreciados por otros, ha resistido el desgaste del tiempo, incluso ante el calzado de diseñadores deportivos. Recuerden el caso de Lorena Ramírez, mujer tarahumara que destacó en el maratón “Ultra Trail” en el 2017 en los que participaron atletas de 12 países del mundo, y esta singular mujer indígena no vestía ropas creadas por ninguna marca ni zapatos deportivos diseñados por computadora con materiales de la era espacial, sino únicamente su falda tradicional, una gorra, paliacate y un par de huaraches, y así a más de 40 grados de temperatura, con este calzado, Lorena Ramírez se llevó la presea mayor, ganando el primer lugar.
Actualmente el huarache es tan único y especial como la persona que lo calza, pues cada huarache nunca es igual a otro, además después de un tiempo de usarlos, se amolda perfectamente al pie de la persona que los usa, convirtiéndolos en una cómoda y libre opción de calzado; pues también es un calzado ecológico, ya que se aprovechan materiales de otra industrias, como las llantas usadas para su elaboración.
Les comento que un estudio científico realizado por un equipo belga de investigación relacionado con el uso de los huaraches y publicado en la American Journal Physical in Technology, la revista norteamericana de antropología, llegó a las siguientes conclusiones:
1.- El uso de este calzado ayuda a corregir errores en nuestro caminado contribuyendo a correr mejor.
2.- Los huaraches reducen significativamente las posibilidades de alguna lesión relacionada con el caminar o correr, ya que los músculos que se encuentran alrededor del pie se fortalecen y flexibilizan.
3.- Mejora el equilibrio, la postura y padecimientos de la columna.
4.- El uso frecuente del huarache ayuda a mejorar ciertos dolores en los tobillos, rodillas, caderas e incluso en la zona lumbar, ya que los apoyos al momento de caminar o correr se vuelven coherentes y las articulaciones gestionan el esfuerzo que significa correr de la forma en que fueron diseñados para hacerlo.
5.- Co el uso frecuente de este calzado mexicano los dedos recuperan su forma original contraídos e “engarruñados”, lo que ocurre frecuentemente con los calzados modernos.
Nuestros antepasados precolombinos considerados inferiores debido a la arrogancia de culturas europeas en los tiempos de la colonización, conocían, sin embargo, las grandes ventajas de este calzado, así como la frescura que dan a nuestros pies, su sencilla y económica fabricación; así que es por este sencillo y humilde calzado que nuestros antepasados también nos dejaron una gran muestra de grandeza, pues aún con todos los adelantos técnicos de la actualidad, ellos lograron hace muchos siglos, lo que nosotros aún no podemos alcanzar: el balance entre la naturaleza y el ser humano. Esto por medio de “par de huaraches”.
Por Lic. María Eugenia Melo. Vicepresidenta de la Comisión de Asuntos Internacionales de Coparmex Metropolitano.
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