El Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF) es una cumbre que se celebra anualmente desde 1996 y en la que se dan cita los principales líderes de las economías emergentes, dirigentes de organizaciones internacionales, empresarios rusos y extranjeros, así como expertos en diversos ámbitos.
En su versión 2019, el SPIEF en verdad trató los asuntos más relevantes que tienen preocupados a los líderes de las potencias mundiales: la desestabilización económica y política imputable a Estados Unidos, el cambio climático, el desarrollo de la tecnología 5-G, el crecimiento de la desigualdad social y la posición de Venezuela, Cuba, Irán y Europa frente a las sanciones de Estados Unidos.
En cuanto a los acuerdos comerciales, este año se lograron firmar convenios que representan 47 mil millones de dólares en negocios entre Rusia y los países asistentes, sobre todo con Europa y China, pues en este último caso, Moscú y Pekín firmaron alrededor de 30 acuerdos intergubernamentales que permitirán que los chinos desarrollen su plataforma 5-G en territorio ruso.
En el discurso inaugural, el presidente Vladimir Putin recordó que en el mes de Febrero del presente año, Estados Unidos abandonó unilateralmente el “Convenio de No Proliferación de Misiles de Corto y Mediano Alcance” firmado por Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov en la década de los 80, así como el retiro del gobierno estadounidense de otro Convenio de No Proliferación de Armas Nucleares firmado con Irán en el año 2015. Los efectos de estas decisiones unilaterales son evidentes, ya que obligaron a Rusia a retirarse del primero de los acuerdos citados, y en cuanto al segundo, si bien es cierto que Rusia no se ha manifestado formalmente al respecto, también lo es que el abandono de ese acuerdo por parte del gobierno de Trump obliga a Irán a tomar una decisión a título de reacción cuyos efectos pueden desestabilizar política y económicamente a Medio Oriente.
El tema de la digitalización y el desarrollo de la tecnología china 5-G han puesto el dedo en la llaga en el marco de la guerra comercial Washington-Pekín, pues además de Gran Bretaña y Alemania, Rusia permite que China desarrolle su tecnología desafiando a la Casa Blanca, y es que el acercamiento y la amistad entre los líderes de estos dos países tiene su origen en la guerra comercial entre las dos principales potencias del mundo y la larga lista de sanciones económicas que Estados Unidos ha impuesto a Moscú desde hace varios años de modo que ese ambiente adverso ha terminado por acercar a los presidentes de ambos países para hacer frente a las sanciones y guerra comerciales impuestas desde Washington. De hecho, en el SPIEF se ha inaugurado formalmente “la diplomacia de los pandas”, es decir, la nueva forma de cooperación Moscú-Pekín.
El SPIEF también fue la ocasión oportuna para que Rusia ratificará su acuerdo de construir un gaseoducto desde Moscú hasta las entrañas de Europa Oriental que abastecerá de gas a los países de la región, sobre todo a Alemania, país al que Estados Unidos siempre ha tachado de “rehén de Rusia” por su gran dependencia del gas moscovita; además de Alemania, otros países europeos se verán beneficiados por los acuerdos firmados en San Petersburgo, no obstante las amenazas que categóricamente ha lanzado Donald Trump contra los países europeos que se “atrevan” a comprar gas a Rusia. El desafío contra Trump es evidente.
Desde tiempos de la Unión Soviética, Moscú considera a Cuba como un aliado al otro lado del Atlántico, y siempre ha criticado las políticas que aíslan a la Isla del contexto internacional, pero además de este país, Rusia apoya abiertamente al gobierno de Maduro y se ha formalizado un acuerdo con su gobierno para proveer de medicinas a la población venezolana. Recuérdese que Rusia ha ganado muchos aliados en América Latina, incluidas economías emergentes como Brasil y Argentina, y con el “chasco” de Estados Unidos en Caracas, resulta evidente la posición que Moscú ha ganado presencia en el llamado “patio trasero norteamericano”.
Según se aprecia, los acuerdos cerrados en torno a los importantes temas abordados en la cumbre de este año, sin lugar a dudas constituye un reto abierto contra Occidente, pues a pesar de las sanciones económicas que ha padecido el Estado anfitrión, no ha habido impedimentos para que las economías emergentes y las potencias europeas busquen alternativas para “aligerar” la enorme carga que significan las presiones de Estados Unidos. De ahí que los acuerdos firmados en la antigua capital rusa signifiquen un blindaje contra las políticas de Occidente.
No obstante todo lo anterior, nos resta tocar un tema que definitivamente es el más importante y constituye la “cereza del pastel” de esta cumbre 2019: la desdolarización de la economía mundial. Este asunto sí que pone nervioso a Estados Unidos. En efecto, como lo indica el presidente Putin en el discurso de inauguración, desde la terminación de la Segunda Guerra Mundial, el dólar americano se ha convertido en un instrumento de presión y de chantaje contra el mundo. Adviértase que hace mucho tiempo que el viejo patrón oro ya no respalda la oferta monetaria de Estados Unidos que desde mediados del siglo pasado ha invadido la mayoría de las economías del mundo desde la raíz. Es un tema complejo que abordaré en una publicación posterior, pero por el momento, baste decir que la sobrevaloración del dólar ha sido el origen de las recesiones en diferentes puntos del planeta y una recuperación económica por medio del dólar, es decir, curando el mal con el mismo mal, sobrevalùa más esa moneda con el riesgo de un desplome inminente.
Rusia y China conocen perfectamente las desventajas y la peligrosidad que significa cerrar tratos en dólares, así que sus operaciones comerciales se cierran en sus monedas nacionales desde hace muchos años e incluso Alemania ha firmado acuerdos comerciales con Irán en euros, nunca en dólares.
Este último tópico, según lo indicaba en líneas precedentes, es el más importante del Foro en vista del colapso del dólar americano, sino en el corto, seguramente en el mediano plazo. Los expertos en economía del bloque euroasiático pronostican una grave crisis económica para el 2020 como preámbulo del ascenso de China como primera economía mundial para el 2025 o 2030. Habrá que ponderar lo que suceda mientras tanto. No falta mucho tiempo.
Lic. Francisco Javier Rodríguez.
Presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales
de Coparmex Metropolitano.
Comisión de Asuntos Internacionales de Coparmex Metropolitano.
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