Los índices de Wall Street no dejan de caer desde que inició el mes de septiembre. En lo que va del noveno mes del año, el índice Dow Jones ha acumulado una pérdida de más de 1,400 unidades, lo que representa casi un 5% de pérdida neta. El índice standard and forbes ha caído más de un 10%; mientras que el índice Nasdaq ha perdido casi 1000 puntos con poco más de un 8%.
En esta nueva caída, las compañías tecnológicas son las que han experimentado mayores pérdidas, por ejemplo, las acciones de la automotriz Tesla se han desplomado un 30% en lo que va del mes. Las acciones de Apple se derrumbaron en un 13%; mientras que Amazon pierde alrededor de un 10% del valor de sus acciones.
Parece que la realidad de las calles ha inundado el mercado de Wall Street de modo que los inversionistas ahora experimentan en carne propia la tormenta financiera que arrecia fuera de este importante centro financiero. Recuérdese que desde febrero un sinnúmero de pequeñas y medianas empresas han cerrado definitivamente a causa de la crisis financiera que originó el bichito 19. En ese mismo lapso, las acciones de las principales empresas tecnológicas se han disparado debido al confinamiento decretado en prácticamente todo el mundo.
No obstante lo anterior, la crisis se ha agravado a lo largo del año obligando a la reserva federal (Fed) a inundar el mercado de dinero disminuyendo el verdadero valor de éste. Circunstancia que favorece únicamente a las empresas que pueden maniobrar en medio de la especulación financiera. Nuevamente citemos como ejemplo a la empresa Tesla cuyas acciones aumentaron en más de un 500% entre el 18 de marzo y el 31 de agosto. Sin duda, un escenario surrealista en épocas de crudas realidades. Los inversionistas se han dado cuenta de los riesgos geopolíticos y económicos que existen en la actualidad.
Esta guerra silenciosa Estados Unidos-China que tiene al mundo como rehén, aunado a las tensiones India-China y las nuevas fricciones Grecia-Turquía, hacen evidente la catástrofe ante la cual se encuentra el mundo.
La Fed ha inundado de dinero barato los mercados financieros. Circunstancia que explica los altibajos que presenta Wall Street. En otras palabras, las acciones de las principales compañías están sobrevaloradas a causa de la oferta excesiva de dólares, así que no nos extrañe un nuevo ajuste, o caída en los principales mercados de valores.
A menos de dos meses de la elección presidencial en Estados Unidos, los inversionistas han optado por ventas masivas de acciones impulsando un fuerte reajuste de mercado. Los principales analistas refieren que Wall Street podría encontrarse ante una situación tan grave como la de marzo pasado.
El miedo al bichito 19 ha disminuido en los últimos meses. Situación que ha permitido que la gente que no perdió su empleo durante el confinamiento reinicie sus actividades cotidianas. El reinicio de actividades en el marco de la nueva normalidad junto con el desempleo que aqueja a Estados Unidos, sin duda, tarde o temprano tendrá efectos electorales. Recuérdese que cuando Wall Street se hundió en marzo, la campaña de Donald Trump se vino abajo y tocó fondo con los disturbios ocurridos a finales de mayo. En la medida en que los mercados se levantaban, en esa misma medida, la campaña de Trump recuperaba fuerzas. Un desplome bursátil en los meses de septiembre y octubre puede golpear fatalmente las posibilidades reeleccionistas del presidente Trump.
Este mes de septiembre uno de los últimos meses del año, nos recibe con un desplome bursátil. Entonces, la situación está como al inicio de año cuando el mes de marzo nos recibía con la misma realidad. Pero la diferencia es que un desplome a estas alturas resulta más peligroso para el presidente de Estados Unidos. Si tomamos en cuenta los disturbios sociales que no han disminuido desde mayo pasado así como, las elevadas tasas de desempleo, es posible un escenario incierto para el próximo mes de noviembre.
Por Lic. Francisco Javier Rodríguez
Presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales Coparmex Metropolitano.
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