SEGUNDA PARTE
Continuamos con la segunda parte del análisis de la portada de la revista The Economist del mes de junio.
En el costado izquierdo de la portada, exactamente sobre el rostro de Donald Trump, notamos el “pajarito”, logotipo de la red social Twitter. Llama la atención que aparezca en color naranja y encima del presidente de Estado Unidos. Resulta que Donald Trump prometió regular fuertemente esta plataforma, ya que, según su apreciación, atenta contra con la libertad de expresión. De hecho, el presidente Trump fue incluido dentro de la nueva política de verificación de Twitter, puesto que por primera vez estableció un aviso sobre la veracidad de sus publicaciones. En uno de sus múltiples tuit, Donald Trump expresó que las papeletas de votaciones por correo no son confiables en lo absoluto, según él:…“no hay forma (ZERO!) de que las papeletas por correo no sean fraudulentas. Los correos serán robados, se falsificarán las papeletas y se imprimirán ilegalmente y se firmarán de manera fraudulenta”… A un costado de ese tuit, Twitter colocó una etiqueta de advertencia sobre información engañosa en mensajes virales. Inmediatamente el presidente de Estados Unidos acusó a esta plataforma de reprimir la libertad de expresión. De ahí su advertencia de regular o cerrar las redes sociales.
El logotipo de Twitter aparece en color naranja. Seguramente se debe a que esta red social ha estado al tanto del sinnúmero de mensajes que se publican en esa plataforma, previo el filtro de verificación que debe agotarse. La plataforma del “pajarito” se ha convertido en el vigilante de la desinformación implícita en “mensajes subliminales”.
Apreciamos el símbolo del bichito 19 en el costado derecho, precisamente entre el rostro de Xi Jinping y la bandera de China. La revista, tal vez, pretende mostrarnos si no los responsables, por lo menos, los sospechosos de la actual emergencia sanitaria. El logotipo del bichito aparece en forma circular y luego en varios círculos cuyo tamaño va disminuyendo. Ese símbolo nos indica que actualmente la pandemia se ha controlado en muchos países, pese al alto número de personas contagiadas. En la mayor parte del mundo, ya se han iniciado planes sustentables de reapertura laboral, con excepción de América Latina cuya situación económica y desorganización han ocasionado que los efectos económicos sean más devastadores que en Europa.
En ambos costados de la portada aparecen dos imágenes que semejan misiles. En el costado derecho vemos un proyectil que ha despegado. Se trata de la exitosa travesía de la empresa privada SpaceX que el pasado 7 de febrero lanzó con éxito el cohete más poderoso y avanzado construido en los últimos tiempos. Ese cohete hizo un viaje exitoso a la estación espacial internacional. El mérito de la empresa consiste en que este proyecto salió adelante gracias al capital privado. Últimamente, los gobiernos consideran la exploración espacial como una inversión secundaria, incluyendo a Estados Unidos.
No obstante, uno debe reconocer que otros países se han interesado seriamente por la exploración espacial, obligando a la Casa Blanca a posicionarse en esta #NuevaGuerradelasGalaxias.
Desde el 2012, China explora el lado oscuro de la luna y ya planea su propia estación espacial. Los rusos también están muy avanzados en ese campo desde hace muchos años. Esta circunstancia obliga a Washington a retomar la carrera espacial. Desde el año pasado, Donald Trump anunció la creación de la fuerza militar espacial, como una rama del ejército de Estados Unidos, que al principio sonaba irreal, pero sus competidores ya cuentan con tecnología que en el futuro le puede disputar el dominio y la conquista del espacio exterior.
En consecuencia, el ícono del cohete en despegue, nos muestra el reinicio de esta #NuevaGuerradelasGalaxias que enfrenta a varias potencias en la conquista del espacio.
En el lado izquierdo de la portada aparece una jeringa en posición de despegue. Se trata de la creación de una vacuna contra el bichito 19 que al día de hoy no se ha encontrado. La industria farmacéutica, los institutos públicos y privados de investigación, así como los gobiernos se han involucrado en una “carrera contra reloj” para encontrar una vacuna que resuelva en definitiva la pandemia que aún nos tiene contra las cuerdas. La creación de una vacuna eficaz puede llevar muchos años. Prueba de ello es que aún no contamos con una vacuna contra el sida. Es por esta razón que la creación de una vacuna contra el coronavirus es una auténtica carrera contra reloj.
Muchos países intentan patentar una vacuna, pero ningún proyecto ha tenido el éxito deseado. En China, por ejemplo, ya existen varios prospectos probados en seres humanos, pero los efectos secundarios son altamente nocivos para los pacientes, que han provocado la muerte de la mayoría de ellos. Los familiares de los pacientes vacunados han denunciado al PCCH por estos motivos y éste ha respondido con la represión de los familiares de las víctimas. Estas noticias sólo se aprecian en noticieros independientes. El control de la pandemia por parte de China es objeto de un análisis por separado.
Según los cálculos, se espera una vacuna para finales de este año, o a más tardar para inicios del 2021. La gran ventaja es que hay una alianza en diversas regiones del mundo que trabaja arduamente para buscar una vacuna. México, por su parte, ha hecho lo propio en el foro de la ONU, aprovechando su reciente nombramiento como miembro no permanente de su Consejo de Seguridad.
Los íconos del soldado de la India, las banderas de China y Corea del Norte nos revelan que esos países han desempolvado sus tambores de guerra en este 2020, pues en las últimas semanas ha habido varias fricciones entre China y la India y la península coreana.
A mediados de este mes, tuvo lugar un incidente entre los ejércitos de China y la India en una de las regiones que actualmente se disputan estos dos países. La región de Cachemira ha sido reconocida como parte del territorio de las dos naciones más pobladas del mundo, pero desde 1950 no ha habido ningún arreglo al respecto. Es curioso el estallido de esta pelea entre ambos ejércitos 45 años después de la última contienda, pero resulta más curioso que no haya habido ningún disparo. El ejército indio reportó veinte bajas, mientras que Pekín no reportó ningún muerto por parte de su ejército; también manifestó que no desea ningún conflicto con la India y que hará lo necesario para que los ánimos despertados por este incidente se calmen lo más pronto posible.
Otra tentativa de conflicto tuvo lugar en el viejo paralelo 38: la península coreana. En este caso, Corea del Sur, distribuyó folletos entre sus ciudadanos que denuncian las violaciones a los derechos humanos en Corea del Norte. Este hecho fue suficiente para que el gobierno norcoreano alistara su ejército en caso de que las hostilidades pasaran a mayores. Recordemos que después del armisticio firmado en los 50 entre ambas naciones, no hay una declaratoria formal de terminación de guerra. Se trata de uno de los pocos conflictos entre naciones heredado por la guerra fría y, que a diferencia de lo que ocurrió con países europeos, la conciliación y la unificación del paralelo 38 no fue posible en el siglo XX. Dudamos que en este siglo la situación vaya a cambiar en aras de una unión a todas luces impensable.
Los incidentes arriba citados no encajan con lo que ocurre en el mundo a mitad del año 2020. Si bien es cierto que hemos sido testigos de muchas rarezas, también lo es, que éste es el momento menos oportuno para despertar rencillas del siglo XX. He aquí el desorden que nos ha mostrado este año que apenas ha llegado a la mitad de su vida.
Por último, la ONU ocupa el sitio central de la portada haciendo las veces de la base de este (des) orden mundial. La ubicación de su logotipo así lo indica. Parece que esta institución es el sustento de este (des) orden, pues desde que inició la pandemia y las mutas acusaciones entre países e instituciones, rara vez se ha escuchado la postura de la ONU, sin olvidar que los países que aparecen en esta portada son miembros destacados de ese organismo; dos de ellos conforman su Consejo de Seguridad. Creo que la ONU es un testigo sin voz en este (des) orden. Según se nota a simple vista, la portada de The Economist aparece “mocha”; le falta una mitad. Esta ilustración se justifica porque nos encontramos a mitad de año y los íconos ya descritos nos informan lo que ha pasado en el mundo en lo que va del año. Es un misterio la mitad que le falta a la portada. No sabemos qué está por venir a partir de julio. La segunda mitad del 2020 es un misterio cuyos hilos conductores ya conocemos, así que podemos pronosticar lo que puede ocurrir siguiendo esos hilos que penden de sus protagonistas: Oriente-Occidente y un tema importante para todos: la vacuna contra el bichito 19, que todavía se encuentra en estado de despegue.
Antes de cerrar el presente artículo, adelantamos que hay una portada de The Economist con el título “la próxima catástrofe y cómo superarla” que nos alumbra sobre el escenario (catastrófico) que enfrentaremos en esta segunda mitad del año. En otro artículo abordaremos el análisis correspondiente.
Por Lic. Francisco Javier Rodríguez
Presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales.
Coparmex Metropolitano.
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